Mostrando entradas con la etiqueta melva. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta melva. Mostrar todas las entradas

sábado, 31 de mayo de 2014

Las propiedades nutritivas del pescado azul

   En nuestra gastronomía mediterránea, un producto fundamental es el pescado azul.

   Se denomina pescado azul al pescado graso, ya que este concepto alude a la proporción de grasa que contienen sus músculos. La denominación azul no atiende a criterios biológicos, sino nutritivas. El pescado azul o graso es un grupo de pescados que contiene más de un 5% de grasa, mientras el pescado blanco o magro contiene aproximadamente sólo un 2%.     Pero, la grasa de los azules es muy saludable para el cuerpo humano. Por tanto, existen centenares de estudios por parte de expertos de diversos ámbitos académicos y científicos a nivel internacional que confirman las propiedades nutritivas de esta familia de pescados y que, por tanto, aconsejan su consumo frecuente. El corazón y los huesos agradecen su ingesta con asiduedad.

  

 Como manda la cocina mediterránea, aconsejamos incluir el pescado azul en la dieta de una persona sana y adulta, dos o tres veces a la semana. Su consumo aporta beneficios para la salud debido a su contenido de poli insaturados, sobre todo el omega 3. Y la lista de beneficios demostrados es muy larga, así que apuntad estos 10:




  1. Es beneficioso para la regulación de la tensión arterial.
  2. Ayuda a disminuir el riesgo de padecer muerte súbita por infarto de miocardio, mediante la prevención de la arritmia cardiaca.
  3. Los ácidos grasos omega-3 tienen efectos beneficiosos sobre el aparato circulatorio y de prevención de la artritis.
  4. A pesar de su alto contenido graso, sus grasas son de tipo polinsaturado, por lo que aumentan los niveles de colesterol HDL ("bueno"), disminuyen los niveles de colesterol LDL ("malo") y, por tanto, se minimizan los riesgos de enfermedades cardiovasculares.
  5. Ayuda a disminuir a la mitad la mortalidad por enfermedad coronaria
  6. Favorece el mantenimiento de la densidad ósea del esqueleto; son positivos frente a enfermedades como la artritis y la osteoporosis.
  7. Puede reducir casi un 44% el riesgo de sufrir el cáncer de riñón más frecuente, el carcinoma de células renales
  8. Mejora problemas alérgicos, como el asma: algunas investigaciones apuntan que consumiendo 200 gramos diarios la función pulmonar aumenta hasta un 23%.
  9. Protege la piel frente a la radiación ultravioleta del sol; alivia transtornos dermatológicos, como la dermatitis atópica y la psoriasis.
  10. Puede prevenir tumores de mama y colón.
  11. Mejora la acción de la insulina en los diabéticos.


   Además de omega 3, el pescado azul es rico en yodo, hierro, magnesio y fósforo y contiene una buena dosis de vitaminas A, D y B12.

   Y... ¿cuáles son estos pescados tan nutritivos y exquisitos a la vez? Apuntad la lista:
  • atún 
  • boquerón (o anchoa), 
  • arenque 
  • salmón 
  • salmonete 
  • melva 
  • anguila 
  • jurel 
  • pez espada (emperador) 
  • lamprea 
  • caballa  
  • sardina


   El mejor momento del año para consumirlos depende de cada variedad: el jurel, entre diciembre y mayo; la sardina, de abril a octubre; la melva, de junio a septiembre; y el salmón, todo el año.
   La cantidad de grasa de los pescado es mayor en verano y a principios del otoño que en el resto de las estaciones. Así que, ahora empieza la temporada de consumir pescado azul con todas sus propiedades nutritivas.

   Y ¿cuál es la forma más adecuada de cocinar los pescados azules para que mantengan sus cualidades beneficiosas? Aconsejamos tomarlos a la parrilla, al horno y al vapor
   Se pueden hacer miles de platos: ensaladas, sandwich de atún, tortilla de patatas, pastel de pescado, huevos rellenos, pescado en hojaldre, macarrones con atún, salmón al papillote, empanada de atún, hamburguesa de salmón....



   Pero, debes evitar consumir pescado azul si tienes ácido úrico, si padeces hipertensión, retención de líquidos o problemas circulatorios; pues contiene un alto nivel de sodio y purinas.

   Y si no, recuerda: ¡tómalo dos o tres veces por semana!


sábado, 24 de mayo de 2014

La melva fresca, el manjar del verano

   Uno de los síntomas de que el verano ya ha llegado es la captura de la melva. Es un pescado azul de la familia de los bonitos y los atunes, que se pesca, principalmente, entre los meses de junio y octubre y ahora ya ha empezado su temporada óptima.   

   Sus filetes son de color rosado, tienen una textura compacta, con un sabor y un aroma muy característicos. Como todos los pescados azules, la melva es un alimento muy saludable y de elevado valor nutricional, ideal para mantener una dieta sana y equilibrada, típicamente mediterránea. También es muy recomendable para mujeres embarazadas y para la alimentación infantil    Su carne tiene un alto aporte proteico y vitamínico, con un bajo contenido en grasas e hidratos de carbono. Contienen ácidos grasos insaturados, como los Omega-3, que previenen las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.    Seguro que conoces la melva por las ricas conservas que hay en el mercado pero la melva fresca es todo un manjar, ya que guisada y al horno está muy sabrosa. Se pueden hacer todo tipo de platos con ella: a la plancha, en ensalada, en vinagreta, al horno con patatas, en escabeche, con pasta, como relleno de pimientos de piquillo, combinándolo con cogollos de lechuga y anchoas, como relleno de berenjenas gratinadas al horno y otro gran número de sabrosos platos.     Nosotros solemos cocinar la melva fresca con cebolla a la plancha o frita y también acompañando a los tallarines. Hoy os vamos a desvelar una receta exquisita... Primero, vamos a preparar la  melva fresca:


Ingredientes:

-Melva fresca

-Sal gorda

Proceso de elaboración:

Limpiamos la melva (le quitamos la tripa) y, una vez limpia, la abrimos por la mitad para quitarle la espina central. En un recipiente ponemos la sal (la cantidad depende del tamaño del pescado), la humedecemos un poco para que, a la hora de cubrir la melva, quede compacta y no se esparza. Sazonamos la melva en una fuente o una bandeja honda. Cubrimos la base del recipiente con  la sal y ponemos el pescado de manera que la piel quede debajo.

A continuación, ponemos sal encima de la melva, de modo que quede totalmente cubierta  y la metemos en el frigorífico. Allí lo tendremos unas 24 horas, aproximadamente.

Al día siguiente la sacamos y le quitamos la sal: ¡ya la tenemos lista para comer!

Ahora, os vamos a desvelar una receta, muy sencilla pero sabrosísima: 

Ingredientes:


-Melva fresca salada

-Cebolleta

 -Aceite de oliva 

-Pimentón dulce

Proceso de elaboración:

Cortamos la cebolleta a rodaja muy finitas (unas 6-8 rodajas). Cortamos, también, la melva a lo ancho, en lonchas de medio dedo, aproximadamente.

En una sartén, calentamos aceite de oliva que cubra la base de la sartén y añadimos la cebolleta que hemos preparado a fuego lento para que se vaya pochando. Cuando veamos que la cebolla está doradita, añadimos la melva y una cucharadita de café de pimentón. No debemos dejar el pescado mucho tiempo en el fuego para que no se seque.

Y lo servimos en un plato y... ¡listo para comer!

Recordad que empezamos la temporada de la melva y que es un pescado muy sano, con muchas propiedades, y muy sabroso.