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sábado, 24 de mayo de 2014
La melva fresca, el manjar del verano
Uno de los síntomas de que el verano ya ha llegado es la captura de la melva. Es un pescado azul de la familia de los bonitos y los atunes, que se pesca, principalmente, entre los meses de junio y octubre y ahora ya ha empezado su temporada óptima.
Sus filetes son de color rosado, tienen una textura compacta, con un sabor y un aroma muy característicos. Como todos los pescados azules, la melva es un alimento muy saludable y de elevado valor nutricional, ideal para mantener una dieta sana y equilibrada, típicamente mediterránea. También es muy recomendable para mujeres embarazadas y para la alimentación infantil Su carne tiene un alto aporte proteico y vitamínico, con un bajo contenido en grasas e hidratos de carbono. Contienen ácidos grasos insaturados, como los Omega-3, que previenen las enfermedades cardiovasculares y algunos tipos de cáncer.Seguro que conoces la melva por las ricas conservas que hay en el mercado pero la melva fresca es todo un manjar, ya que guisada y al horno está muy sabrosa. Se pueden hacer todo tipo de platos con ella: a la plancha, en ensalada, en vinagreta, al horno con patatas, en escabeche, con pasta, como relleno de pimientos de piquillo, combinándolo con cogollos de lechuga y anchoas, como relleno de berenjenas gratinadas al horno y otro gran número de sabrosos platos. Nosotros solemos cocinar la melva fresca con cebolla a la plancha o frita y también acompañando a los tallarines. Hoy os vamos a desvelar una receta exquisita... Primero, vamos a preparar la melva fresca:
Ingredientes:
-Melva fresca
-Sal gorda
Proceso de elaboración:
Limpiamos la melva (le quitamos la tripa) y, una vez limpia, la abrimos por la mitad para quitarle la espina central. En un recipiente ponemos la sal (la cantidad depende del tamaño del pescado), la humedecemos un poco para que, a la hora de cubrir la melva, quede compacta y no se esparza. Sazonamos la melva en una fuente o una bandeja honda. Cubrimos la base del recipiente con la sal y ponemos el pescado de manera que la piel quede debajo.
A continuación, ponemos sal encima de la melva, de modo que quede totalmente cubierta y la metemos en el frigorífico. Allí lo tendremos unas 24 horas, aproximadamente.
Al día siguiente la sacamos y le quitamos la sal: ¡ya la tenemos lista para comer!
Ahora, os vamos a desvelar una receta, muy sencilla pero sabrosísima:
Ingredientes:
-Melva fresca salada
-Cebolleta
-Aceite de oliva
-Pimentón dulce
Proceso de elaboración:
Cortamos la cebolleta a rodaja muy finitas (unas 6-8 rodajas). Cortamos, también, la melva a lo ancho, en lonchas de medio dedo, aproximadamente.
En una sartén, calentamos aceite de oliva que cubra la base de la sartén y añadimos la cebolleta que hemos preparado a fuego lento para que se vaya pochando. Cuando veamos que la cebolla está doradita, añadimos la melva y una cucharadita de café de pimentón. No debemos dejar el pescado mucho tiempo en el fuego para que no se seque.
Y lo servimos en un plato y... ¡listo para comer!
Recordad que empezamos la temporada de la melva y que es un pescado muy sano, con muchas propiedades, y muy sabroso.
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