En nuestra gastronomía
mediterránea, un producto fundamental es el pescado azul.

Como
manda la cocina mediterránea, aconsejamos incluir el pescado azul en
la dieta de una persona sana y adulta, dos
o tres veces a la semana.
Su consumo aporta beneficios para la salud debido a su contenido de
poli insaturados, sobre todo el omega
3.
Y la lista de beneficios demostrados es muy larga, así que apuntad estos 10:
- Es beneficioso para la regulación de la tensión arterial.
- Ayuda a disminuir el riesgo de padecer muerte súbita por infarto de miocardio, mediante la prevención de la arritmia cardiaca.
- Los ácidos grasos omega-3 tienen efectos beneficiosos sobre el aparato circulatorio y de prevención de la artritis.
- A pesar de su alto contenido graso, sus grasas son de tipo polinsaturado, por lo que aumentan los niveles de colesterol HDL ("bueno"), disminuyen los niveles de colesterol LDL ("malo") y, por tanto, se minimizan los riesgos de enfermedades cardiovasculares.
- Ayuda a disminuir a la mitad la mortalidad por enfermedad coronaria
- Favorece el mantenimiento de la densidad ósea del esqueleto; son positivos frente a enfermedades como la artritis y la osteoporosis.
- Puede reducir casi un 44% el riesgo de sufrir el cáncer de riñón más frecuente, el carcinoma de células renales
- Mejora problemas alérgicos, como el asma: algunas investigaciones apuntan que consumiendo 200 gramos diarios la función pulmonar aumenta hasta un 23%.
- Protege la piel frente a la radiación ultravioleta del sol; alivia transtornos dermatológicos, como la dermatitis atópica y la psoriasis.
- Puede prevenir tumores de mama y colón.
- Mejora la acción de la insulina en los diabéticos.
Además de omega 3, el
pescado azul es rico en yodo, hierro, magnesio y fósforo y contiene
una buena dosis de vitaminas A, D y B12.
Y... ¿cuáles son estos
pescados tan nutritivos y exquisitos a la vez? Apuntad la lista:
- atún
- boquerón (o anchoa),
- arenque
- salmón
- salmonete
- melva
- anguila
- jurel
- pez espada (emperador)
- lamprea
- caballa
- sardina

El mejor momento del año
para consumirlos depende de cada variedad: el jurel, entre diciembre
y mayo; la sardina, de abril a octubre; la melva, de junio a
septiembre; y el salmón, todo el año.
La cantidad de grasa de
los pescado es mayor en verano y a principios del otoño que en el
resto de las estaciones. Así que, ahora empieza la temporada de
consumir pescado azul con todas sus propiedades nutritivas.

Se pueden hacer miles de platos: ensaladas, sandwich de
atún, tortilla de patatas, pastel de pescado, huevos rellenos,
pescado en hojaldre, macarrones con atún, salmón al papillote,
empanada de atún, hamburguesa de salmón....
Pero, debes evitar
consumir pescado azul si tienes ácido úrico, si padeces
hipertensión, retención de líquidos o problemas circulatorios;
pues contiene un alto nivel de sodio y purinas.
Y si no, recuerda:
¡tómalo dos o tres veces por semana!
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